Los alimentos según la ciencia de la nutrición pueden dividirse en tres grupos: ligeramente ácidos, alcalinizantes y acidificantes, condiciones que pasan a determinar los niveles orgánicos de pH, el cual puede ser bajo u acido, alto u alcalino o neutral. Son los alimentos ácidos pero también algunos de los alcalinos pueden hacer que el cuerpo produzca ácido y esta acidificación deriva en inflamación después de comerlos.
La inflamación es una respuesta inmunológica saludable ante un trauma y ayuda a su cuerpo a sanar, pero cuando se extiende en el tiempo la inflamación es una señal de que algo está manteniendo su condición y por lo tanto el problema persiste o se agrava. Los defensores de una dieta anti-inflamatoria creen que
ciertos alimentos pueden provocar un estado crónico de inflamación.
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Los alimentos acidificantes o pro inflamatorios
En pocas palabras, los alimentos acidificantes producen ácidos durante el proceso metabólico y entre ellos se incluyen las fuentes de hidratos de carbono, proteínas y grasas. La carne, productos lácteos y legumbres, por ejemplo, son ricos en proteínas por lo tanto conducen a la formación de los aminoácidos. Otros alimentos acidificantes incluyen a productos elaborados con granos enteros y refinados, nueces, semillas, kétchup, mostaza, mayonesa, dulces y azúcar blanco. El café, el cacao, el té y el vino, también aumentan la acidez en su cuerpo.
Efectos acidificantes alimentarios
El consumo excesivo de alimentos generadores de ácido hace que los riñones, los pulmones y la piel eliminen calcio, potasio y magnesio de los huesos y los tejidos, para llevar al pH a su equilibrio natural que es ligeramente alcalino. Los músculos también están incluidos en la tarea de alcalinizar aminoácidos, pero estas condiciones conducen a problemas de salud que incluyen la inflamación de las articulaciones, osteoporosis y cálculos renales.
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La dieta anti-inflamatoria
La dieta anti-inflamatoria no exige eliminar las fuentes de proteínas, carbohidratos y grasas, ya que un consumo adecuado de proteínas es un requisito previo para que los minerales alcalinos se establezcan adecuadamente en los tejidos. Así del mismo modo también el cuerpo necesita grasas e hidratos de carbono para prosperar, por ello comer un menú que contenga entre un 60 y un 80 por ciento de los alimentos alcalinizantes para restaurar y mantener el equilibrio del pH orgánico.
Los nutricionistas aconsejan comer nueces y legumbres de una a tres veces al día, así como tomar dos porciones de proteína animal al día y limitar los productos lácteos a dos porciones diarias bajos en grasa. Además, comer una fuente de ácidos grasos omega-3 al día, para lo cual las opciones incluyen a las semillas de lino, soja, nueces y los pescados grasos como el salmón y las sardinas.
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Imagen: MF
